La premisa que estudiamos de pequeños en el colegio aplicada a los deportes de equipo en los Juegos olímpicos:
“El todo es más que la suma de sus partes”.
En el trabajo en equipo no solo suma la aportación de cada integrante… sino también la interacción y el apoyo entre los miembros. De esta forma, estas variables aportan un valor superior al que se obtiene de desintegrar el TODO y sumar cada una de sus partes… La idea es que diluyendo conjuntamente las aportaciones se integran en una nueva solución mucho más potente, gracias a los nexos que hay entre sus partículas.
Es decir, a esta suma la dotamos de un sentido alterando el TODO y dándole mayor valor: Una pirueta, la cual requiere el impulso de un equipo, la ocurrencia de una estrategia de juego gracias a la conversación con una compañera que cambia el rumbo de un partido cuando parecía perdido…